Ciudad de México., 20 de noviembre de 2018.- Desde que somos niños, los mexicanos aprendimos que el 20 de noviembre de 1910 se celebra el aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.
Pero, exactamente, ¿qué hechos tuvieron lugar en ese día tan destacado en la historia de México?
Las causas de la Revolución Mexicana son múltiples y muy complejas. Entre los muchos antecedentes que pesaban en el ambiente en el año de 1910 están:
La permanencia de Porfirio Díaz en el poder, quien desde que llegó a la presidencia en 1876, se había hecho reelegir en siete ocasiones, por lo que su mandato se consideraba ya una dictadura.
Las propiedades comunales o "ejidos" se habían hecho parcelables, y muchos de sus antiguos dueños —indígenas en su mayoría— fueron estafados o despojados de sus propiedades y se vieron obligados a trabajar como peones en condiciones de explotación.
Se estima que, para 1910, el 1% de la población poseía el 85% de las tierras cultivables, dando lugar a latifundios.
A principios del siglo XX, Díaz permitió la explotación del petróleo mexicano por compañías extranjeras, como la Standard Oil.
En 1907, una crisis económica internacional redujo los ingresos de las compañías extranjeras que operaban en México, lo que provocó desempleo y reducción de los salarios.
Finalmente, entre 1908 y 1909, una terrible sequía redujo las cosechas de maíz, lo cual impactó gravemente en la alimentación de las minorías más vulnerables. Por todo ello, el gobierno de Díaz había perdido el apoyo de las mayorías.
Por todos estos motivos, existieron múltiples rebeliones indígenas y campesinas, así como huelgas de obreros que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas militares de Díaz.
Entre los muchos políticos e intelectuales que se oponían al gobierno de Díaz, destacó un hacendado coahuilense de nombre Francisco I. Madero, quien en 1908 publicó un libro trascendental: La sucesión presidencial en 1910, en la cual criticaba al mandato de Díaz y exigía elecciones limpias y democráticas.
A raíz de la publicación del libro, la escena política se polarizó y se dividió entre quienes apoyaban una nueva reelección de Díaz (que volvió a postularse a la presidencia, con Ramón Corral como vicepresidente) y quienes se oponían a la reelección y formaron el Partido Nacional Antireeleccionista, encabezados por Madero.
En las elecciones de junio de 1910, Díaz volvió a ser reelegido tras haber hecho encarcelar a Madero en San Luis Potosí, bajo cargos de rebelión. Habiendo escapado de sus captores, Madero lanzó el 6 de octubre de 1910, desde la ciudad de San Antonio, Texas, el documento que dio origen a la Revolución: el Plan de San Luis.
En el Plan de San Luis (que apareció fechado el 5 de octubre de 1910 en San Luis Potosí), Madero declaraba nulas las elecciones de ese año, se reconocía como presidente provisional y Jefe de la Revolución, e insistía en reivindicaciones sociales para los indígenas y los obreros de México.