Washington, Estados Unidos, a 27 enero de 2025.- Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, gozará de un poder muy amplio porque dispone de mayoría republicana en la cámara de representantes y en el senado, sí habrá algunos contrapesos.
Por una parte, aunque los trumpistas tienen mayoría en ambas cámaras, su ventaja no es tan holgada: hay 220 legisladores republicanos frente a 215 demócratas y además se prevé que tres congresistas conservadores renunciarán para tener puestos en el ejecutivo, lo cual reducirá aún más la ventaja republicana.
En el caso de la cámara de senadores, hay 53 republicanos y 47 demócratas. Esto significa que a los conservadores les faltaron 7 lugares para tener la mayoría calificada necesaria (o como se diría en México, una demoledora) y abre posibilidad a que los demócratas puedan vetar medidas.
Por su parte, el Poder Judicial de Estados Unidos aún tiene independencia, pese a que tiene 6 jueces conservadores, de los cuales 3 fueron nominados por Trump, pero eso no es garantía de que todas las iniciativas trumpistas vayan a recibir el visto bueno, mientras que otras sí.
Ejemplo de esto es que los jueces establecieron que los presidentes tienen inmunidad contra el procesamiento penal, algo que le cayó como perlas a Trump, el cual enfrentaba varios juicios en su contra. Pero desestimaron las denuncias que hicieron Trump y los republicanos hace cuatro años para intentar revertir los resultados de 2020, cuando ganó el demócrata Joe Biden.
Pero esto corresponde a la Suprema Corte y en la provincia yanqui -por así decirlo- ocurre que el 60 por ciento de los jueces activos en cortes de distrito fueron nominados por demócratas, según datos del Centro Pew Research.
Otra limitación al poder de Trump es la estructura misma de Estados Unidos, dado que se trata de un estado-nación federal amparado por su constitución, donde la décima enmienda otorga un amplio poder a los gobiernos estatales en temas como seguridad, sector salud, procesos electorales y derecho penal.
Actualmente 23 estados tienen gobernadores demócratas, lo cual puede traducirse en que los gobiernos de esas entidades presenten resistencias a los planes de Trump como la deportación masiva de migrantes, una tarea compleja que sí o sí requiere de cooperación de autoridades locales.