México, CDMX; 25 de agosto de 2017.- En 1981, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a los países a obtener autosuficiencia de sangre y componentes plasmáticos de donadores no remunerados; desde entonces, cada país ha desarrollado diferentes estrategias.
En México, el 25 de agosto de 1987 se prohíbe la donación de sangre remunerada y se establece en el artículo 327 de la ley general de salud, la no comercialización de la sangre. Un año después, el 25 de agosto de 1988 se instituye a nivel nacional el día del Donador Altruista de Sangre con el objetivo de reconocer la importante labor de todas aquellas personas que dan un poco de su sangre para ayudar a los demás.
En nuestro país, se depende de la donación de familiares o de amigos para el abastecimiento y autosuficiencia, por lo que se trabaja para generar conciencia sobre la importancia que tiene este tipo de donación voluntaria, altruista y de repetición, como la fuente más segura para los pacientes que requieren de una transfusión sanguínea.
De acuerdo con la OMS, la transfusión de sangre y sus componentes contribuyen a salvar millones de vidas cada año en el mundo, permitiendo aumentar la esperanza y la calidad de vida de pacientes con enfermedades mortales, así como llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos.
Las transfusiones de sangre también desempeñan un papel fundamental en la atención materno infantil, los desastres naturales y accidentes. El objetivo de la OMS para el año 2020 es que todos los países obtengan suministro de sangre de donaciones voluntarias no remuneradas.
Voluntad, responsabilidad y solidaridad son algunas de las características que definen la personalidad de los donantes de sangre, quienes fungen como héroes anónimos para salvar la vida de otras personas.