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MensajearCiudad de México, a 14 de octubre de 2024.- El homicidio del niño Cruz, residente de la Ciudad de México, a manos de su padrastro, ha provocado una indignación generalizada entre la sociedad capitalina; aunque vecinos sabían que el niño era golpeado y estaba en los huesos, nadie lo ayudó; la madre ya espera otro bebé del asesino; y el padre biológico pidió apoyo al DIF, pero nadie le hizo caso.
Los hechos tuvieron lugar en un domicilio de la Alcaldía Iztacalco, donde vivía el pequeño Cruz junto con su madre y su padrastro.
Las investigaciones indican que desde hace 4 años, el pequeño Cruz padecía de los maltratos de su padrastro, quien lo azotaba y dejaba sin comer, ante la tolerancia de su madre.
Los vecinos tienen varios videos y fotografías del niño en el patio de su casa, donde se ve al pequeño Cruz en los huesos, siempre con el torso descubierto y buscando cualquier resto de comida en la basura.
Las fotografías fueron entregadas al DIF capitalino, pero sus funcionarios hicieron caso omiso; el padre biológico denunció ante el DIF del Estado de México, pero su pedido de ayuda fue desoído.
Los reportes periodísticos indican que en la última golpiza que sufrió el niño, este se desvaneció y luego de varias horas sin responder, se confirmó su muerte; su padrastro dijo que estaba haciendo un “berrinche”.
El asesino ya está preso en el Reclusorio Oriente y la madre está libre y con 7 meses de embarazo, esperando un bebé del homicida de Cruz.
Una lechita de fresa y una concha además de unas veladoras, fueron la ofrenda que dejaron frente a la casa que vio morir al pequeño, mientras la sociedad recrimina a los involucrados en este homicidio colectivo, en el que participaron una familia rota y autoridades omisas que devengan mes a mes sus salarios, pero permitieron que esta atrocidad ocurriera.
