Ciudad de México, a 26 de septiembre de 2022.- Yazareth, hija del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, le contó a una amiga sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, por las múltiples llamadas que recibió su padre, quien minuto a minuto seguía el destino de los normalistas.
De acuerdo con un informe de la Unidad Especial para la Investigación y el Litigio del caso Ayotzinapa, filtrado a la prensa nacional, Yazareth fue testigo de las conversaciones que su padre sostuvo con otras personas implicadas en la desaparición de los normalistas, y a su vez ella lo comunicó a una amiga, en mensajes de WhatsApp. Las conversaciones fueron capturadas en el informe especial.
“Los nacos hicieron enojar a mi papá. Dijo que recuperaran la mercancía y que los chingaran a todos. Nunca vi a mi papá tan molesto. Total, me fui a acostar”, escribió la joven Abarca Pineda a su amiga.
El 25 de marzo de 2019, Abarca Pineda interpuso un juicio de amparo, para rastrear una posible orden de captura como parte de las pesquisas del nuevo gobierno por el caso Ayotzinapa.
Un juez de la Ciudad de México le concedió la suspensión provisional y fijó como garantía un pago de 5 mil 300 pesos para que no pueda ser detenida por la FGR u otra instancia, en caso de que existiera algún mandamiento judicial.
Anteriormente, tras la captura de sus padres en la Ciudad de México, en su declaración en calidad de testigo y acompañada por su defensa, la joven aseguró que José Luis Abarca siempre estuvo al pendiente desde el primer momento de la llegada de los normalistas a Iguala por medio de llamadas telefónicas que el exalcalde sostuvo con sus empleados.
Uno de ellos, de acuerdo con la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDMS/001/2015, fue Francisco Salgado Valladares, quien era el subdirector de la policía municipal de ese municipio y a quien se le relaciona con Guerreros Unidos.
En las declaraciones de los policías municipales de Iguala y Cocula, señalaron que Francisco Salgado habría ordenado a César Nava González, ex subdirector de seguridad pública de Cocula, trasladar a un grupo de normalistas al lugar conocido como Lomas de los Coyotes, en donde serían recibidos por integrantes de la organización de Guerreros Unidos.