Comundú, B.C.S., a 16 de marzo de 2015.- Alrededor de 200 indígenas de la Sierra Tarahumara, fueron rescatados de una explotación agraria en Baja California Sur, lugar al que llegaron con engaños y donde eran víctimas de diversos abusos.
En conferencia de prensa, el secretario de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, informó que los indígenas, nativos de Creel, Chihuahua, eran explotados por una empresa supuestamente controlada por una organización criminal, que tenía a las personas viviendo en condiciones insalubres y hacinamiento en un campo de producción de papa del municipio de Comondú, Baja California Sur.
Uno de las víctimas logró escapar y denunció a la autoridad la situación a la que eran sujetos en dicho lugar.
"Los inspectores comisionados confirmaron lo denunciado por una de las víctimas y constataron que un primer grupo de 100 trabajadores se encontraban alojados en un predio del municipio de Comondú en condiciones insalubres; hacinados en pequeñas chozas elaboradas de manera provisional con palos, cintas, plásticos negros, costales y cartón, entre charcos de lodo y basura (…) con baños totalmente contaminados y poco acceso al agua. Ahí se encontró un aproximado de 15 niños desde bebés hasta adolescentes menores de 14 años", señaló Navarrete Prida.
El funcionario informó que en otro campamento en dicho lugar, operado por la empresa “Sociedad de Producción Rural El Cerezo”, se halló a otras 100 personas en las mismas condiciones, entre hombres mujeres y niños.
Asimismo, señaló que en el lugar entrevistó a dos "enganchadores" de nombres Alejandro "N" y Fortino "N", quienes aceptaron ser responsables del traslado de los trabajadores desde el municipio de Creel en Chihuahua, hasta Baja California Sur para emplearlos en la cosecha de papa por un lapso de seis semanas.
Posteriormente, aseguraron, los llevarían a cosechas en Sinaloa y Sonora.
Aceptaron que no les pagaban sueldo de manera correcta y sólo les prestaban abonos de 200 pesos para que compraran algunas cosas necesarias y al final de la cosecha les liquidaban: Los "enganchadores" cobraban al patrón ocho pesos por costal de papas, mientras que a los jornaleros sólo les daban cuatro pesos por bulto.
Por este hecho, se dio parte a las autoridades correspondientes, al estar ante delitos como la trata de personas, explotación laboral, explotación infantil y posible privación de la libertad, así como diversas violaciones a los derechos humanos de los trabajadores y sus familias.