Morelia, Mich., a 15 de marzo de 2025.- Las centrales de autobuses del país se han convertido en un punto importante para los grupos criminales, no solo para transportar droga, armas o migrantes, sino para reclutar soldados para su guerra. Luego de convertir a la Central de Tlaquepaque o Nueva Centra del Guadalajara en líder nacional de desapariciones al hacerla un punto de recogida de reclutas, la Central de Autobuses de Morelia –otra ciudad donde el CJNG pelea por la plaza– estaría en la mira de este grupo criminal.
Fue el pasado 7 de marzo que se dio a conocer el rescate de dos adolescentes originarios del municipio de Tequila, quienes fueron interceptados por policías municipales en la central de Tlaquepaque.
Se logró saber que los jóvenes fueron contactados por redes sociales, por una oferta de trabajo en la ciudad de Morelia. A los adolescentes de 15 y 17 años de edad, respectivamente, se les indicó desplazarse a la Nueva Central de Guadalajara, en Tlaquepaque, para que se les dieran los boletos para ir a Morelia.
La Central de Tlaquepaque se ha convertido en uno de los mayores puntos de desapariciones en el estado, contándose por decenas las historias de hombres –en su mayoría jóvenes–reclutados con ofertas falsas de empleo, quienes terminan como sicarios o peor aún, muertos apenas empiezan los duros entrenamientos.
El reciente hallazgo de un campo de entrenamiento –que sería también de exterminio– en el municipio de Teuchitlán, a una hora de Guadalajara, permite apreciar este fenómeno, al relatar los sobrevivientes cómo terminaron allí siendo trasladados directamente desde la Central de Tlaquepaque.
Se desconoce si los jóvenes rescatados serían trasladados a alguna de las casas de seguridad o campos del cártel, o bien, si se les darían boletos en códigos QR para que siguieran su camino a Morelia, una práctica ya identificada de este grupo criminal.
En la capital de Michoacán, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) pelea con los Caballeros Templarios el control de Morelia, e incluso ha llevado la lucha de Michoacán a otros estados, como Guanajuato y Querétaro.
El hecho de que el cártel estuviera enviando a sus sicarios a Morelia, dejaría ver que no está descuidando este frente de batalla, a la vez que alimenta otros desde Guadalajara, aprovechando la conectividad de la central para allegarse de reclutas.