Ciudad de México, a 19 de enero de 2024.-¿Mal diseñado y ejecutado el operativo federal-estatal para capturar a un jefe de plaza de un grupo delincuencial en el oriente de Michoacán?
¿Topos o infiltrados en el gabinete de seguridad nacional dieron el pitazo, alertaron a los criminales sobre la incursion militar y policial?
Ambos factores se conjugan y complementan y permite una primera explicación sobre la fallida operación en el crepúsculo del viernes en en el municipio de Zitácuaro.
Inexplicable la decisión de emprender una acción de tal envergadura cuando en esa demarcación hay una gran movilidad social.
Desconocían los mandos castrenses y de seguridad estatales que a esa hora concluyen en los recintos educativos de la cabecera municipal las clases de los turnos vespertino?
No sabían, tampoco, que los viernes por la tarde miles de zitacuarenses y habitantes de municipios aledaños realizan actividades de esparcimiento y compras en comercios diversos?
El fallido operativo, confiaron algunos testigos a este enviado, tuvo resistencias desde su inicio, con vehículos y comercios incendiados, además de la intervención de decenas de delincuentes en motocicletas y vehículos de alta gama.
Ante la magnitud de la reacción criminal a la incursión militar-policial, una interrogante que se formulan es que en el gabinete de seguridad nacional y estatal subestiman el tamaño y la fuerza del cártel que tiene el control de gran parte del oriente michoacano.
También se presume o se cree que, por el tamaño de la resistencia, los delincuentes conocían del operativo y estaban preparados para rechazarlo, impedir el objetivo de captura o eliminación del jefe de plaza en la región oriente.
A media tarde del domingo, en la cabecera municipal y zonas contiguas con el municipio son ostensibles las afectaciones sociales, económicas y comerciales por los eventos del viernes.
En algunos medios digitales locales se siguen difundiendo rumores sensacionalistas sobre un toque de queda y una nueva jornada de violencia.
Ninguna evidencia presentan y con su amplificación de falsas informaciones abonan a la incertidumbre, el miedo, el temor.
La normalización de las actividades no será rápida ni con el despliegue de decenas de efectivos del la Sedena y de la Guardia Nacional, que realizan constantes recorridos fuertemente armados por los principales puntos del municipio.